Siguiendo con la serie de artículos de Nikos A. Salingaros, David Brain, Andrés M. Duany, Michael W. Mehaffy y Ernesto Philibert-Petit, sobre el estudio de la vivienda social en latinoamérica, en esta ocasión se debate sobre los procesos de trabajo y el sistema operativo de la construcción. Revisa las publicaciones pasadas y el nuevo artículo, a continuación.
1- Diseño capaz de establecer 'pertenencia emocional' 2- Antipatrones de la vivienda social latinoamericana 3- Geometría de control 4- Biofilia, conectividad y espiritualidad 5- Utilizando el trabajo de Christopher Alexander 6- Estrategias de construcción para la vivienda social 7- Ejemplos de patrones y códigos generadores 8- Estrategias de diseño 9 - Secuencia de diseño 10 - Sugerencias prácticas para la realización de proyectos exitosos 11 - La necesidad de materiales adaptables 12 - Centrarse en la pequeña escala.
13 - Vivienda Social en Latinoamérica: Trabajar con o eludir el sistema.
Trabajar fuera del sistema existente
El sistema de planeación y construcción como existe ahora crea y perpetua una dependencia que es difícil — y en muchos de los casos, imposible — de romper. Elevar los estándares de construcción más allá del punto en el que pueden ser razonablemente satisfechos por los auto-constructores, transforma a toda la industria de la construcción de ser local y de pequeña escala, a ser de gran escala. Los estándares de construcción por códigos han evolucionado como respuesta a serias y reales amenazas a la salud y a la seguridad. Sin embargo, como muchos sistemas tecnológicos como este, sus consecuencias no resultan triviales y pueden ser desastrosas. Esto está sucediendo ahora en la reconstrucción de la región de EEUU del Golfo de México afectada por el huracán Katrina.
El sistema en este sitio busca beneficiar tanto a los burócratas del gobierno como a los grandes constructores, que muchas veces están atados por compromisos mutuos. Pero lo que parece ser un beneficio para el sistema comercial/gubernamental puede ser desastroso para otro segmento mayor de la sociedad. Uno de nosotros (AMD) ha luchado por la reconstrucción provocada por el devastador Katrina, utilizando una estrategia que permite el surgimiento de los sistemas sociales como eran antes. Esta estrategia enfrenta retos desalentadores gracias al sistema actual de construcción, financiamiento y regulación del sitio.
Muchas de las casas que fueron destruidas por el huracán, particularmente aquéllas de vecindarios de bajos recursos, fueron auto-construidas y no concuerdan con el actual estándar de financiamiento. El tejido urbano fue producto de un proceso relajado de auto-construcción por generaciones, con la ventaja de que no estaba basado en deudas. Esta era una sociedad de residentes sin deudas cuyas vidas podían girar en torno a actividades de su elección. Estas casas están fuera del sistema, pues su construcción y desarrollo las hizo imposibles de hipotecar. El sistema ahora requiere un contrato de deuda, pues el estándar de venta no puede concebirse sin intervención comercial. En muchos casos, esto significa que el gobierno debe construir vivienda social, resolviendo un problema que él mismo ha creado. El ciclo de consecuencias imprevistas sigue creciendo.
Citando textualmente a Duany (2007): “El obstáculo de los dibujos, permisos, contratistas, inspecciones — el profesionalismo de todo esto — elimina la auto-construcción. De algún modo debe haber un proceso en el que las personas puedan construir casas simples, funcionales para ellos, por ellos mismos o con algún trato o trueque con los profesionales. Debe existir libertad en el diseño de las casas para que puedan construirse en pequeñas etapas que no requieran un arquitecto, permisos complicados o inspecciones; debe existir un sentido común en los estándares técnicos. Sin esto siempre existirán las deudas para cualquier persona. Cualquier deuda en el Caribe no necesariamente significa tener dinero, es su eliminación de la cultura lo que surge del ocio.”
Lo que para la clase media hoy significa “ocio”, representa un gran esfuerzo por lograr un tejido cultural próspero y vibrante que la economía convencional simplemente rechaza (aunque sea parte de ella). Los habitantes de clase media del mundo dan por hecho vivir en un sistema basado en deudas: mucha de su vida laboral se gasta sólo para pagar la hipoteca de sus casas. De hecho, el sistema funciona para excluir otras opciones de vivienda. La clase media consigue la liberación del sistema financiero sólo hasta que se retira, cuando la hipoteca de 30 años finalmente se ha terminado de pagar. Las casas auto-construidas que se logran erigir con dinero en efectivo y trueques escapan del sistema y son vistas por el gobierno y los grandes contratistas como una amenaza para su hegemonía. Este es un problema estructural, no un intento malévolo. La deuda es la clave, pero es sólo una variable de un sistema rebuscado.
No es fácil implementar estas innovaciones, porque muchas ciudades y regiones ya tienen bien establecido el sistema que produce vivienda social rígida e inhumana (pero cree que es una solución inteligente y que denota progreso). Muchas veces en nuestros proyectos, debemos empezar estudiando los sistemas de entrega de vivienda existentes de tal manera que podamos anularlos. Los sistemas burocráticos, especialistas, instituciones financieras y entidades políticas crean estos sistemas. Se puede construir físicamente, pero no dentro de los sistemas. Existen muchos factores que tienen que sobrepasarse antes — y que van a defenderse antes de desaparecer.
Nosotros (el equipo de urbanistas) no podemos involucrarnos directamente en estas estrategias, que son responsabilidad del cliente y de las organizaciones de apoyo. Las entidades locales tienen que resolver problemas en sus procesos y formar alianzas que aseguren el proyecto, con nosotros actuando como catalizadores del cambio. Una pequeña sección, o varias unidades independientes dentro del gobierno pueden dedicarse a promover nuestro proyecto, mientras se enfrentan a la oposición del resto de la burocracia. La mayor parte del tiempo, los problemas hacia las innovaciones de vivienda social no son técnicas, sociales o de financiamiento: son casi siempre políticas.
Trabajar con el sistema existente
Se puede tratar de forzar cambios en el enfoque de diseño y algo bueno puede resultar de ello, pero esto sólo te aleja del objetivo real. Un proyecto tiende a convertirse en una fuerte lucha, quitando esfuerzo y tiempo del edificio. Alternativamente, podemos tratar de cooperar con el sistema, haciendo cooperar a los especuladores y facilitadores de formas inesperadas. Pero esto requiere que reconozcamos al trabajo con el sistema existente como un tipo de problema distinto — no linear, sino multivariable y “cultural”. Es necesario estar más involucrado dentro del sistema operativo local (una fuerte cultura existente) para resolver estos problemas, para tener oportunidad darse cuenta dónde están las palancas (para que podamos manejarlas y realizar cambios) y para ver cómo se toman las decisiones en los distintos niveles.
En la mayoría de los casos, una estrategia exitosa combinará aspectos del “trabajo dentro del sistema” y la reforma del sistema desde el exterior. Haciendo una valoración, el primer paso crucial es el establecimiento de las limitantes críticas que se encuentran en el actual sistema de producción. Entonces se debe trabajar en la negociación de un método alternativo (“workaround”) que conjunte esas limitaciones desde el principio, antes de intentar desmantelar el sistema existente por completo. De hecho, puede ser necesaria una transformación radical del sistema existente, pero ese es un problema separado del diseño y la construcción del tejido urbano y no queremos desgastar nuestra energía peleando contra el sistema. Por otro lado, si los métodos alternativos no son posibles, deben encontrarse pequeñas alternativas para impulsar una reforma sistémica.
Alexander (2001-2005: volumen 2, p. 536) comparte su experiencia con esta lucha. En un período de generación de proyectos de más de treinta años, se dio cuenta que la mayor deficiencia fue que la implementación demandaba demasiado. “En nuestros más recientes experimentos, tardábamos períodos de tiempo casi increíbles para implementar nuevos procesos y hacerlos funcionar. Pero la cantidad de esfuerzo que teníamos que hacer para que comenzaran a funcionar — la verdadera fuente de nuestro éxito — era también la debilidad de lo que habíamos logrado. En muchos de los casos, la magnitud de esfuerzo especial que debíamos hacer para reforzar un proceso nuevo era masivo — demasiado grande, para ser fácil o razonablemente copiado.”
Alexander, en cada caso tuvo éxito al remplazar el sistema existente combinando procedimientos, procesos, actitudes y reglas de trabajo con un sistema completamente distinto. Pero el esfuerzo requería el cambio del sistema completo y aún en casos en los que era exitoso, no era fácilmente repetible. Concluye que, como en un experimento científico, lo que es importante es la REPETICIÓN, no la ocurrencia única. Si el proceso no es fácilmente repetible, no es tan útil. Por lo tanto, si un método de producción tiene demasiados componentes que son totalmente diferentes al sistema previo, no es fácil adaptarlo dentro del método viejo. No puede copiarse fácilmente en regiones donde todavía se aplica el antiguo método.
Una analogía genética propuesta por Alexander, sugiere formas para alcanzar el éxito a largo plazo. Un proceso presentado como sistema complejo y completo, requiere ser implementado en un “todo o nada”. En tal caso, el sistema existente de implementación debe cambiar para permitir que el proyecto se construya. Si, por otro lado, nuestro proceso se presenta (y entiende) como un conjunto de piezas semi-independientes, cada una de las cuales puede implementarse fácilmente, existe mayor oportunidad de que la mayoría de las piezas sea llevada a cabo. Pequeños grupos de practicantes podrían aplicar cada pieza del proceso, sin requerir el apoyo del sistema. Alexander guarda la esperanza de que las piezas fácilmente repetibles de la metodología se esparzan independientemente y que eventualmente este proceso de difusión generará un “proceso operativo” totalmente distinto al paso del tiempo.
Presentado por N.A.S. como discurso de apertura en el Congreso Ibero-Americano de Vivienda Social en Brasil, Florianópolis, 2006.
Traducción al Español de Nuria Hernández Amador, revisada por Ernesto Philibert Petit.
Bibliografía
- Christopher Alexander (2001-2005) The Nature of Order: Books One to Four (Center for Environmental Structure, Berkeley, California).
- Andrés Duany (2007) “How do we save the Crescent City? Recreate the unique building culture that spawned it”, Metropolis, 14 February 2007.